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domingo, 12 de junio de 2011

La vida es bella

¡¡¡Buenos días princesaa!!!
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—Bueno, adiós. Ha sido muy gentil conmigo. Ahora voy a tomar un buen baño caliente. —Ah... me olvidaba decirte que... —Dilo. —... Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a tí. Deberían torturarme para obligarme a decirlo. —¿A decir qué? —Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a tí no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.
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-Pero, ¿qué hora es? Oye, partimos según el horario previsto ¿eh?. Qué organización ¿eh? Tú nunca has ido en tren. -¿Es bonito? -Es fantástico, ya verás. Dentro es todo de madera, sin asientos, todos de pie. -¿no hay asientos? -¿asientos? ¿en un tren? No hombre no, todo el mundo va de pie, todos juntos, ya se nota que nunca has subido a uno. ¿Has visto que cola hay? He podido coger los últimos billetes de milagro. Eh, vamos, vamos tío, no quiero que digan que llegamos demasiado tarde, que ya está lleno y que volvamos a casa. ¡Un momento! tenemos reserva, quietos!, guardarnos un sitio. Mira cuanta gente, venga arriba Josué, tenemos una reserva, venga vámonos.
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Empieza el juego, quien no haya llegado ya no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. Menuda suerte. Cada día leeremos la clasificación por ese altavoz de allí, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá: Asno. Aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo ayer perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo de mermelada. De albaricoque. Y el de fresa. Y nada de chucherías porque nosotros nos os vamos a dar, nos las comemos todas nosotros. Yo ayer me comí 20. Me duele la barriga. Pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdonad que me vaya enseguida pero estamos jugando al escondite y sino me tocara parar.
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- Buenos días princesa! he soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tu llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto, solo pienso en ti princesa, pienso siempre en ti, y ahora.. - Mama! Papa me lleva en carretilla, pero lo hace fatal me hace morir de risa, vamos los primeros! Cuantos puntos tenemos hoy papa? - Corre! Vamos! que vienen los malos que gritan! Vamonos! - Donde? - Aquí, aquí, ven corre ven! Deprisa.
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¡Hemos ganado 1000 puntos! ¡Un carro blindado, es para morirse de risa!
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Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mi.



sábado, 11 de junio de 2011

¡ Buon Giorno Principessa !



Tiéntame, acaríciame
lléname cada instante de ti,
haz que cada noche sea un sueño
y cada despertar una sonrisa,
lléname de ti
y llévame a tu amor.


***

Hambre de ti
quiero tus besos
quiero toda tú
hambre por quererte
te necesito para vivir
te quiero para quererte
sáciame de ti.


***

Viviremos en un castillo
hecho con amores
sostenido por dulzura
protegido con confianza
construido con felicidad
viviremos en nuestro castillo
para no salir jamás.

***


Me naces, me tientas
me acaricias, me sonríes
me miras, me tranquilizas
me observas, me paralizas
me sueñas, me despiertas
me callas, me hablas
me tienes, me amas
¿me amas? .

***

Se llama locura,
sentimientos de pasión,
añoranza en ausencia,
sueños aún despierto,
se llama amor,
y tiene tu nombre.

***

Uno, apareces
Dos, me enamoras
Tres, enloquezco
Cuatro, me entrego
Cinco, suspiro
Seis, me muero por ti.

***

Tienes la culpa de mi deseo,
posees la intriga de mis sentimientos,
eres dueña de todas mis pasiones,
eres plena de los sueños de querernos,
eres señora de cada uno de mis placeres,
y no lucho, no me resisto
¿Para qué, si contigo soy feliz?.

***

Cada día te quiero,
un día te respeto,
otro te admiro,
otro te sueño
pero siempre te quiero,
porque amanecer es quererte,
y estar sin ti, mi muerte.

***




miércoles, 8 de junio de 2011

" La mascota "

Alex Kurzem luciendo su pequeño uniforme de las SS.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

LA MASCOTA: UN NIÑO JUDÍO EN LAS SS


En 1997, Mark Kurzem recibió la visita inesperada de su padre en Oxford, Inglaterra, donde estaba estudiando. Alex Kurzem, de 72 años, había llegado desde Melbourne, Australia, para decirle algo: «Quiero que hagas una cosa por mí, hijo. Quiero saber quién soy. Quiero saber cuál es mi nombre verdadero y poner unas flores en la tumba de mi madre». Así fue como Alex rompió el secreto que había guardado durante décadas. Para empezar, le dijo que era judío, cosa que nadie sabía, ni siquiera su esposa, que es católica. Y después continuó con una de las historias más increíbles de la Segunda Guerra Mundial. Alex fue adoptado por las SS cuando era niño y convertido en su mascota.

Cuando tenía alrededor de cinco años, vio cómo asesinaban a su madre y a sus hermanos en su aldea de Bielorrusia. Pensó que su padre también habría muerto, y se escapó al bosque, donde pasó varios meses, solo y aterrorizado. Le contó a Mark que se mordía la mano para no gritar, y que sobrevivió pidiendo pan de puerta en puerta, escalando los árboles para evitar el ataque de los lobos, y vistiendo ropa que quitaba a los cadáveres de los soldados. Hasta que un lugareño lo entregó a la policía lituana, que más tarde fue incorporada a las SS.

Un soldado se acercó a él para examinarle y comprobó que era judío (estaba circuncidado). Alex le dijo: 'Antes de matarme, ¿me daría un trozo de pan?'. Por alguna misteriosa razón, aquel soldado —Jekabs Kulis— decidió salvarle la vida. Les dijo a todos que Alex era un huérfano ruso y le bautizaron como Uldis Kurzemnieks. Y así fue como los soldados de las SS le convirtieron en su mascota, un soldado en miniatura con uniforme e insignia.

«Me dieron un uniforme, un pequeño rifle y una pequeña pistola»,
contó Kurzem a la BBC. «Y me encargaban pequeñas tareas, como limpiar zapatos, llevar agua o encender el fuego. Pero mi trabajo principal era entretener a los soldados, hacer que se sintieran un poquito felices. Yo era como un divertimento para ellos. Les hacía mucha gracia cuando saludaba con mi pequeño uniforme».

El pequeño Alex presenció muchas atrocidades perpetradas por las tropas nazis en el frente ruso. Vio cómo metían a un grupo de judíos en una sinagoga y después les quemaban vivos. Le hicieron llevar flores a unas mujeres para atraerlas al campamento, y después violarlas brutalmente mientras él se escondía en un rincón. Los periódicos y documentales de la época se referían a él como «el nazi más joven del Reich». «Yo era judío, sabía que no era mi gente, pero ¿qué podía hacer? Sólo era un niño tratando de sobrevivir», dijo.

Al final, en 1944, cuando la guerra llegaba a su fin, le enviaron a vivir con una familia lituana. Y, años más tarde, se fue a Australia, donde se propuso enterrar para siempre esos recuerdos que le atormentaban. Se ganaba la vida reparando televisores.

Los recuerdos eran borrosos, ni siquiera recordaba su nombre verdadero, así que la historia fue recibida con cierto escepticismo por algunos expertos. Un historiador de Oxdford le dijo a Mark que era poco probable que un niño de cinco años sobreviviera solo en el bosque, y que quizás Alex sufría un síndrome de falsos recuerdos. Pero, finalmente, un grupo judío de Minsk los validó. Y de todo ello surgió una autobiografía (
La mascota) y un documental producido por Mark.

Desde que emprendieron este viaje a la infancia, Alex y su hijo Mark han viajado muchas veces a Letonia, donde han revisado los archivos estatales. Alex descubrió que su verdadero nombre es Ilya Galperin, y encontró una película donde aparece luciendo las galas de las SS. Otro hallazgo sorprendente es que su padre no murió, como él creía, sino que sobrevivió a Auschwitz.

«Finalmente, después de todo este tiempo, he podido dejar una rosa sobre la tumba de mi madre; pero cuando estuve de pie en ese lugar, como hombre adulto, desde donde la ví morir, tuve que volver a morderme el puño para no gritar», dijo Alex.

La historia de Alex habla de colaboracionismo, de hasta dónde se puede llegar para salvar la vida y de un sentimiento de culpa que le ha perseguido toda su vida. Pero, ¿se puede ser culpable de algo con cinco años?

Tan fria como la Luna

Mi foto
Leonela
Punta Umbria, Huelva, Spain
Luna de Hielo así me gustaria ser, tener un corazón tan frio como la Luna. Aún no soy así, aún llora mi corazón por tu ausencia, pero lograre que me devuelvas todo lo que un día me robastes, por si no te haz dado cuenta todavia tienes mi corazón en tus manos. Devuelvemelo, devuelvemelo y sal de mis pensamientos que eres el ladron de mis sueños, no se si te odio o te amo,no se..., no se que me pasa que con solo pensarlo se me inunda el alma. Quiero aprender de tí, enseñame, tu que sabes amar pero sin llegar a enamorte. LEONELA (P.G.S).
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